
La polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (PDIC) reduce la capacidad para realizar actividades consideradas "estándar" o "normales" para una persona sana. Esto se denomina intolerancia al ejercicio. La fisioterapia utiliza programas de ejercicio individualizados para ayudarle a realizar sus actividades diarias.
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CIDP y fisioterapia: comprensión de los conceptos básicos
PDIC (polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica) es un trastorno neurológico.
Las personas con esta afección experimentan una pérdida progresiva de fuerza muscular y sensibilidad en brazos y piernas. Como resultado, presentan problemas de equilibrio y marcha, lo que puede afectar su capacidad para realizar sus actividades cotidianas.
La CIDP también aumenta las probabilidades de desarrollar depresión y ansiedad.1]. Si tiene síntomas de estas afecciones, busque atención médica inmediata.
Los tratamientos médicos para la CIDP incluyen inmunosupresores, esteroides, IgIVy plasmaféresis. Las intervenciones de rehabilitación incluyen fisioterapia, terapia ocupacional, equipo de adaptación y apoyo emocional. Las terapias médicas y de rehabilitación van de la mano y suelen utilizarse juntas.
La fisioterapia es un componente fundamental de la intervención de rehabilitación que puede ayudar a:
- Mantener la fuerza muscular
- Prevenir complicaciones como contracturas o insuficiencia respiratoria
- Mejorar la movilidad y la independencia funcional
La fisioterapia utiliza ejercicios y actividades físicas específicas para ayudarle a moverse mejor y mejorar la fuerza muscular.
CIDP y fisioterapia: qué esperar
Antes de recomendarle un programa de ejercicios para CIDP, su fisioterapeuta evaluará lo siguiente:
- Fortaleza
- Nivel de condición física base
- Barreras percibidas para el ejercicio
Con base en esta información, personalizarán ejercicios para CIDP para ayudarlo a satisfacer sus necesidades específicas.
CIDP y fisioterapia: ¿cuáles son los beneficios?
La fisioterapia beneficia a cualquier persona con CIDP, independientemente de la escenario (gravedad) de la enfermedad.
Fisioterapia durante un brote
La mayoría de las personas no pueden moverse durante un brote de CIDP. En estos casos, su fisioterapeuta les enseñará a usted y a su cuidador cómo prevenir la rigidez muscular y las escaras. Estas incluyen:
- Evitar la flexión prolongada de la cadera y la rodilla
- Cambiar de posición cada dos horas en la cama.
- Apoyar las extremidades superiores débiles mediante apoyabrazos o almohadas
Además, le enseñarán a usar dispositivos asistidos y a realizar ejercicios de respiración. Durante este período, realizará ejercicios pasivos, como movimientos corporales suaves. Estos ejercicios ayudan a mejorar la circulación y a restablecer las conexiones nerviosas.
Fisioterapia durante la recuperación
A medida que empiece a recuperar la sensibilidad y la fuerza, probablemente le recomendarán ejercicios con asistencia activa, como flexiones de muñeca. Estos ejercicios ayudan a recuperar la fuerza muscular y la amplitud de movimiento.
Luego, se le permitirá realizar movimientos más exigentes e independientes. Estos ejercicios pueden imitar actividades cotidianas, como comer, vestirse, escribir, mecanografiar, etc.
La mayoría de las guías de fisioterapia para la CIDP recomiendan comenzar todos los ejercicios con pocas repeticiones y resistencia, con descansos frecuentes. Esto se debe a que ejercitarse hasta el agotamiento puede retrasar la recuperación.2].
Una vez que haya recuperado la fuerza y las sensaciones lo suficiente, su terapeuta podría recomendarle ejercicios en casa. En este punto, también podría realizar entrenamiento de fuerza y ejercicios aeróbicos.
La fisioterapia hospitalaria suele durar cuatro semanas. Posteriormente, puede continuar la terapia de forma ambulatoria hasta cuatro meses.
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CIDP y fisioterapia: la continuidad es la clave para obtener resultados duraderos
Muchas personas pierden la fuerza muscular y la capacidad respiratoria que habían ganado tras interrumpir un programa de ejercicio. Por lo tanto, es mejor mantenerse físicamente activo incluso si los síntomas han mejorado.3].
¿Qué tan efectiva es la fisioterapia para la CIDP?
Es importante comprender que el tratamiento de la CIDP involucra a especialistas de múltiples disciplinas.
Aunque la fisioterapia es una parte integral de un programa integral de tratamiento de la CIDP, es solo una pieza del rompecabezas. Funciona mejor cuando se toman los medicamentos según lo prescrito, se come bien... dieta saludabley realizar actividad física con regularidad.
Varios estudios han establecido el papel de la fisioterapia en el manejo y la recuperación de la CIDP.
Por ejemplo, un estudio de 2004 informó una mejora en la condición física, la capacidad funcional y la calidad de vida tras un entrenamiento en bicicleta de 12 semanas. Los participantes en este estudio completaron tres sesiones de entrenamiento (30 minutos cada una) semanales durante 12 semanas.4].
Además, un estudio de caso de 2018 descubrió que el ejercicio regular mejoraba la marcha y el equilibrio en personas con CIDP [5].
¿Cómo hacer ejercicio con CIDP?
Comienza con un ejercicio pasivo, que implica movimientos corporales suaves. Una vez que hayas ganado suficiente fuerza, realiza ejercicios activos asistidos y luego ejercicios activos. El último punto de la lista es el entrenamiento de resistencia. Mantenerse activo incluso si te sientes mejor es crucial para obtener resultados duraderos.
REFERENCIAS:
- Querol, Luis et al. “Revisión sistemática de la literatura sobre la carga de enfermedad en la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (PDIC)”. Revista de Neurología, vol. 268, 10 (2021): 3706-3716. doi:10.1007/s00415-020-09998-8
- Publicaciones de la Fundación Internacional GBS/CIDP: Guías para la fisioterapia y la terapia ocupacional. [2 de febrero de 2022]. https://www.gbs-cidp.org/support/foundation-publications/
- Markvardsen, Lars K et al. “Fuerza muscular y capacidad aeróbica en pacientes con CIDP un año después de participar en una prueba de ejercicio”. Revista de enfermedades neuromusculares, vol. 6, 1 (2019): 93-97. doi:10.3233/JND-180344
- Garssen, MPJ et al. “Entrenamiento físico y fatiga, aptitud física y calidad de vida en el síndrome de Guillain-Barré y la PDIC”. Neurología, vol. 63, 12 (2004): 2393-5. doi:10.1212/01.wnl.0000148589.87107.9c
- Janssen, Jessie et al. «Serie de casos clínicos que investiga la eficacia de una intervención con ejercicio en la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica». 1 de enero de 2018: 37 – 44.